El profesor de yoga no es un terapeuta

noviembre 14, 2016

Hoy en día hay multitud de estilos y tipos de yoga, sin tener una idea clara de lo que es el yoga, muchas de personas  buscan sus clases de yoga, en centros culturales, ayuntamientos gimnasios y centros específicos. El profesor de yoga se ve expuesto a una demanda tan amplia como desinformada.

            ¿Qué busca el practicante de yoga?

En general la mayoría de la gente asocia el yoga a un conjunto de ejercicios que generan bienestar, físico, y mental. De hecho la principal razón que lleva a la gente a la practica es el stress. El problema es que hay diferentes tipos de stress y no siempre lo que se hace en las clases sirve de ayuda para combatir ese stress.

Aunque la mayor parte de la gente no tiene claro que tipo de stress padecen, lo que si tienen claro es que no se encuentran bien, de hecho el denominador común de todas las personas que llaman a la puerta de mi centro es uno muy concreto: “quiero cambiar algo de mi vida”. Es decir que hay algo que les molesta y quieren cambiarlo. Es como decir, estoy sufriendo y no me gusta, ¿puedo cambiarlo con el yoga?.

Si bien es cierto que hay muchos tipos de “sufrimiento”, algunos son mas superficiales o insignificantes y otros profundos y relevantes. Pero lo que es cierto es que nadie ha venido y me ha dicho: “mira; me encuentro tan bien que he decidido hacer yoga”.

Así que entre las razones mas comunes de la práctica de yoga encontramos desde dolores de espalda, o de cabeza, insomnio, ansiedades, angustias, problemas respiratorios, dificultad para concentrarse, dolores musculares, vida sedentaria con sus consecuencias hasta problemas psicológicos, falta de autoestima o valoración profesional, problemas de relaciones y hasta crisis existenciales. Y supuestamente el yoga va a funcionar para todas ellas. ¿no resulta un  poco extraño? ¿Cómo puede ser que un profesor de yoga, con una formación no reglada, de 400 0 500 horas, con suerte, pueda atender a todos estos tipos de problemas a la vez? .

Puede que parezca exagerado, pero no son pocas las personas que después de contarme alguno de los problemas que he mencionado, les pregunto que como ha decidido venir, y una de las respuestas mas frecuentes es: “me lo ha recomendado el médico”. La primera pregunta que me viene a la cabeza es, ¿sabrá el medico lo que hacemos en una clase de Yoga?

Entonces le pregunto; ¿te ha recomendado este centro en concreto? y obviamente la contestación es que no, entonces el enigma es mayor… por que ¿con que criterio se elige un tipo u otro de yoga? Una vez planteada esta situación me gustaría decirle al profesor de yoga que NO es ningún terapeuta de ningún tipo, así que no tiene por que cargar con esa responsabilidad impuesta cultural y socialmente. Desde el primer momento el profesor debe tener claro esta cuestión, por que si no la tiene, los alumnos lo convertirán en lo que necesiten convertirlo.

Puede que el yoga funcione como una terapia, pero eso no quiere decir que el profesor de yoga sea un terapeuta. ¿Por que puede funcionar el yoga en todos estos sentidos? Pues por que todos estos problemas en el fondo son el mismo, o mejor dicho tienen la misma raíz. Esta raíz o denominador común se le llama sufrimiento.

Tanto el Budha como Patanjali señalan la ignorancia como el origen del sufrimiento. Pero la ignorancia a la que ambos se refirieren no es de tipo cultural, científica o incluso racional, sino mas bien existencial. Al no ver con claridad, al no conocer lo que somos en realidad, la interpretación que hacemos de nosotros mismos y de la existencia es errónea, y desde esa interpretación errónea tomamos todas nuestras decisiones y se estimulan nuestras motivaciones, pero el punto de partida es erróneo.

A ese tipo de ignorancia es al que aluden los sabios, y lo que propone mas concretamente Patanjali, es una observación minuciosa y profunda de los mecanismos a través de los cuales percibimos y por lo tanto interpretamos. Entonces cuando la forma en que la mente percibe e interpreta queda descubierta a la luz de la conciencia, se puede ver con claridad la distancia que hay entre lo que ocurre y la interpretación que la mente hace, entre lo que somos y lo que creemos que somos.

Este proceso lleva tiempo y poco a poco va quedando al descubierto la naturaleza que somos, lo que va produciendo una compresión de la existencia que va generando ese estado de paz interno, que no depende del exterior. En realidad es un proceso en el que progresivamente se va erosionando la sensación del yo independiente y hacedor, como responsable de todo, tanto de lo bueno como de lo malo.

Cualquier proceso que vaya en este sentido puede ser considerado método de yoga, y por otra parte cualquier método que refuerce la sensación del yo como entidad independiente, irá en la dirección opuesta de lo que es el estado de yoga. Si el profesor de yoga sabe esto, el método que emplee, será lo de menos y sus alumnos experimentaran una mejora en sus problemas, sean del tipo que sean. Pero si no lo sabe, puede pasar cualquier cosa y los alumnos estarán expuestos a las fantasías que la interpretación de su profesor haga del yoga.

El arte de liberar la respiraciónSENSACIONES

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